Mexico Barbaro

“México Bárbaro” devela al Estado gore como una forma de empoderamiento de un sistema económico y simbólico que produce otros códigos, gramáticas, narrativas e interacciones sociales a través de la gestión de la muerte en México, deviniendo en un uso de violencia desmedida, derramamiento de sangre explícito e injustificado para darle un uso rentable a los cuerpos. Dentro de una lógica económica de capitalismo gore, los cuerpos y la vida sustituyen a la mercancía a través de técnicas de violencia extrema como el secuestro, la venta de órganos humanos, la tortura, el asesinato por encargo, o carne de cañón etcétera. A través de una lógica “Kamikaze” muestran que los precios no resultan tan altos cuando la vida no es una vida digna de ser vivida sino una condición ultraprecarizada envuelta en frustración constante y en un empobrecimiento irreversible por otras vías. ¿Con qué tinta se puede dar cuenta de tantos ausentes, los que nos fueron arrebatados, los que aún seguimos buscando, silenciados por pedir justicia? Carne mutilada, fragmentos de cuerpos colgados en puentes, bolsas negras que contienen lo que alguna vez fue llamado hijo, esposo, padre, madre, estudiante. ¿Cuánto horror nos cabe en la mirada antes de colapsar los párpados intentando no enloquecer? Huérfanos de toda esperanza, la justicia es cómplice, silente, ausente y más ambigua que nunca. Nuestros espectros claman, gritan su nombre para no ser borrados, olvidados de la historia, doblemente asesinados. MÉXICO BÁRBARO es apenas huella parcial de un duelo compartido, ejercicio pictórico de las violencias que nos habitan, domestican y disciplinan. Rostros que no miran al futuro como esperanza, sino que dan testimonio de un presente comopura ruina. Cuerpos que levitan, suspendidos en la espiral de barbarie que constituye nuestro glosario cotidiano, aspectos cadavéricos, fantasmales, carnes que ya no resisten y ahora se enuncian como puro residuo, testimonio y evidencia de aquello que aún no terminamos por vislumbrar. En esta exposición no habita la esperanza (espera). La apuesta es por la crudeza de formas cuya “humanidad” es proyecto de resistencia, fuerza y potencia; que se despliegan ante un escenario desértico, ausente de Dios[es]. El hombre -ahora sin destino- tiene que vislumbrar la posibilidad del extravío, la pérdida, adentrarse sin coordenadas fijas en el desierto que erosiona toda promesa de un futuro posible. El vértigo, lo inhóspito, lo áspero, lo abismal, habitan en la mirada de Fuente Seca (Haniel Fonseca) provocando, descolocando, incomodando al que mira, ese, que no puede separarse de aquellos seres dolientes, fracturados, sustraídos de toda posibilidad de dar cuenta de una vida digna de ser vivida, precarios, homo sacer. Esos cuerpos, son todos los cuerpos, sus heridas son grietas compartidas. Y podríamos mirar desde lejos ese desierto violento e indómito, que devora nuestro horizonte de falso confort, pero en el fondo sabemos que también nos está devorando, que somos corroídos por la misma violencia, por la misma barbarie de este país en ruinas. 

“México Bárbaro” devela al Estado gore como una forma de empoderamiento de un sistema económico y simbólico que produce otros códigos, gramáticas, narrativas e interacciones sociales a través de la gestión de la muerte en México, deviniendo en un uso de violencia desmedida, derramamiento de sangre explícito e injustificado para darle un uso rentable a los cuerpos. Dentro de una lógica económica de capitalismo gore, los cuerpos y la vida sustituyen a la mercancía a través de técnicas de violencia extrema como el secuestro, la venta de órganos humanos, la tortura, el asesinato por encargo, o carne de cañón etcétera. A través de una lógica “Kamikaze” muestran que los precios no resultan tan altos cuando la vida no es una vida digna de ser vivida sino una condición ultraprecarizada envuelta en frustración constante y en un empobrecimiento irreversible por otras vías. ¿Con qué tinta se puede dar cuenta de tantos ausentes, los que nos fueron arrebatados, los que aún seguimos buscando, silenciados por pedir justicia? carne mutilada, fragmentos de cuerpos colgados en puentes, bolsas negras que contienen lo que alguna vez fue llamado hijo, esposo, padre, madre, estudiante. ¿Cuánto horror nos cabe en la mirada antes de colapsar los párpados intentando no enloquecer? Huérfanos de toda esperanza, la justicia es cómplice, silente, ausente y más ambigua que nunca. Nuestros espectros claman, gritan su nombre para no ser borrados, olvidados de la historia, doblemente asesinados. MÉXICO BÁRBARO es apenas la huella parcial de un duelo compartido, ejercicio pictórico de las violencias que nos habitan, domestican y disciplinan. Rostros que no miran al futuro como esperanza, sino que dan testimonio de un presente comopura ruina. Cuerpos que levitan, suspendidos en la espiral de barbarie que constituye nuestro glosario cotidiano, aspectos cadavéricos, fantasmales, carnes que ya no resisten y ahora se enuncian como puro residuo, testimonio y evidencia de aquello que aún no terminamos por vislumbrar. En esta exposición no habita la esperanza (espera). La apuesta es por la crudeza de formas cuya “humanidad” es proyecto de resistencia, fuerza y potencia; que se despliegan ante un escenario desértico, ausente de Dios[es]. El hombre -ahora sin destino- tiene que vislumbrar la posibilidad del extravío, la pérdida, adentrarse sin coordenadas fijas en el desierto que erosiona toda promesa de un futuro posible. El vértigo, lo inhóspito, lo áspero, lo abismal, habitan en la mirada de Fuente Seca (Haniel Fonseca) provocando, descolocando, incomodando al que mira, ese, que no puede separarse de aquellos seres dolientes, fracturados, sustraídos de toda posibilidad de dar cuenta de una vida digna de ser vivida, precarios, homo sacer. Esos cuerpos, son todos los cuerpos, sus heridas son grietas compartidas. Y podríamos mirar desde lejos ese desierto violento e indómito, que devora nuestro horizonte de falso confort, pero en el fondo sabemos que también nos está devorando, que somos corroídos por la misma violencia, por la misma barbarie de este país en ruinas.